Libertad en el matrimonio; pudiéramos mencionar que hay muchas
expresiones para dar un concepto de lo que es la libertad en matrimonio, habrá
conceptos que especifican si eres hombre o mujer, todos daríamos nuestra versión,
pero como saber cuál es la correcta?.
Bueno la correcta seria la que más
se adapte a nuestra relación y a la convivencia que se vive a diario.
Para mi como mujer doy mi versión;
La libertar no es salir con varias personas al mismo tiempo, ni tampoco hacer
que la pareja (hombre) dependa en muchas cuestiones de la mujer.
Hay hombres que realizan
actividades que ayudan a estar mejor sin necesidad de la esposa; como cocinar,
lavarse la ropa, planchar, y otras actividades sin faltarle al respeto ni
indagar que la esposa no es "suficiente mujer para atender a un
hombre"
Esa época del machismo se terminó
en la mujer misma quien lo inicio, además de algunas igualdades que hay entre
hombre y mujeres, el derecho a no depender del otro para comer, para salir,
para realizar una diversión sana donde avece no implica al marido es muy
sustancioso para una mujer.
Claro que si una mujer es más
independiente y y equitativa donde genera los mismo ingreso y aporta intelectualmente
a la para tener una mejor calidad de vida, es cuando espera
lo mismo del hombre.
Que se autosuficiente para si
mismo y para la relación.
Aquí voy a hablar del
Psicoterapeuta de Pareja Walter riso, cuando empecé a leer sus libros o
audiolibros supe que así como yo hay muchas mujeres que no le temen a
estar sin un hombre a su lado y que se puede realizar una vida plena con o sin
una pareja.
Claro que acepto que una mujer
cuando encuentra con quien compartir todas las cosas y casos se realiza como humanos en pareja.
Aquí un extracto de su libro
“Amar o depender”
El apego es adicción Depender de la
persona que se ama es una manera de enterrarse en vida, un acto de
automutilación psicológica donde el amor propio, el autorespeto y la esencia de
uno mismo son ofrendados y regalados irracionalmente.
Cuando el apego está
presente, entregarse, más que un acto de cariño desinteresado y generoso, es
una forma de capitulación, una rendición guiada por el miedo con el fin de
preservar lo bueno que ofrece la relación. Bajo el disfraz del amor romántico,
la persona apegada comienza a sufrir una despersonalización lenta e implacable
hasta convertirse en un anexo de la persona “amada”, un simple apéndice.
Cuando
la dependencia es mutua, el enredo es funesto y tragicómico: si uno estornuda,
el otro se suena la nariz. O, en una descripción igualmente malsana si uno
tiene frío, el otro se pone el abrigo. “Mi existencia no tiene sentido sin
ella”, “Vivo por y para él”, “Ella lo es todo para mí”, “El es lo más
importante de mi vida”, “No se qué haría sin ella”, “Si él me faltara, me
mataría”, “Te idolatro”, “Te necesito”, en fin, la lista de este tipo de
expresiones y “declaraciones de amor” es interminable y bastante conocida.
En
más de una ocasión las hemos recitado, cantado bajo una ventana, escrito o,
simplemente, han brotado sin puedo alguno de un corazón palpitante y deseoso de
comunicar afecto…… Walter Riso